Mamoplastia de reducción o cómo dejar de tener unas mamas demasiado grandes – Doctora Navarro

Mamoplastia de reducción o cómo dejar de tener unas mamas demasiado grandes

Mamoplastia de reducciónCuando hablamos de cirugía plástica de las mamas generalmente nos viene a la mente una paciente que quiere llevar implantes para aumentar el volumen de sus pechos. Sin embargo, nos olvidamos que muchas veces hay mujeres que sufren precisamente por el motivo contrario. Es decir, porque el volumen de sus mamas es demasiado grande para ellas y quieren pasar por quirófano para reducirlo. El post de hoy quiere resolver dudas sobre esta cirugía.

Aunque cada vez hay más información al respecto, no solemos hablar de la reducción mamaria tan a menudo. Como ya he comentado, muchas mujeres se sienten incómodas con sus mamas porque son demasiado grandes y, además de que estéticamente puedan suponer un complejo, molestan dando sobre todo dolor de cuello y de espalda. Incluso a veces, la piel de debajo de la mama se irrita y puede llegar a escocer con el sudor del ejercicio o en los meses de verano.

La cirugía que resuelve estas molestias es la mamoplastia de reducción; con ella reducimos las mamas al  tamaño deseado y al mismo tiempo se suben para que queden “en el sitio”. Los pechos grandes se asocian normalmente a mamas caídas y muchas veces a areolas grandes. (Hago un inciso: No sé si se entiende lo que es la areola -círculo marronáceo que rodea el pezón- y el pezón -el bultito central-.). Así pues, con esta cirugía, además de disminuir el tamaño, las nuevas mamas quedaras más plantadas y con las areolas más bonitas. Una areola pequeña y en el sitio, es decir, no mirando hacia el suelo, da la apariencia de una mama más joven.

Al tratarse de una cirugía, hay que hacerla en un quirófano en el hospital y con anestesia general. Sin embargo, no es necesario ingresar una noche. Además, la recuperación es muy rápida. Parece mentira pero es mucho menos dolorosa que un aumento con prótesis. Hay que hacer reposo relativo durante las 2 ó 3 semanas posteriores a la intervención y a partir del mes ya se realiza vida normal, incluso actividades deportivas.

Pequeños inconvenientes que compensan

En todo hay un pero y en esta cirugía son las cicatrices. Pensad que hay que tallar un patrón de la mama grande para cambiarle totalmente la forma. Y esto se consigue a costa de unas cicatrices que rodean la areola, otra vertical y una en el surco. A pesar de ello, compensa en el 100% de los casos. No conozco a ninguna paciente descontenta con esta cirugía, porque el cambio en el tamaño y forma de las mamas es tan impresionante que poco importan unas cicatrices que con el tiempo se convierten en unas líneas blancas muchas veces imperceptibles.

Es muy importante no fumar en el postoperatorio ya que el tabaco influye negativamente en el proceso de cicatrización y, si queremos evitar complicaciones, es importante tener esto en cuenta.

Una duda frecuente que me preguntan mis pacientes es si después de la operación se puede dar de mamar. No es recomendable ya que para poder realizar la cirugía con éxito tallamos la mama, por lo que los conductos por los que ha de llegar la leche al pezón han sido seccionados.

También hay que tener en cuenta que la sensibilidad erógena del pezón a veces queda alterada, pero no suele importarle a las pacientes. A diferencia de otras cirugías donde la estética juega un papel importante para que las mujeres se sientan bien, la mamoplastia de reducción solventa además muchos problemas físicos como el malestar en la espalda o en el cuello y la incomodidad de tener unos pechos desproporcionados.

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