Hace unas semanas, con motivo del inicio de las rebajas, os hablé de los riesgos que puede acarrear someterse a una cirugía a precios de ganga. Mi preocupación por la salud de los pacientes está estrechamente relacionada a una cuestión muy delicada y compleja que nos afecta a todos: El intrusismo laboral en mi especialidad.
A finales del año pasado la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) advirtió de la escasez de profesionales que existen en el sector en la sanidad pública y del intrusismo en las privadas, algo que pone en riesgo la salud de los pacientes y la calidad de las intervenciones. La SECPRE afirma que sólo el 25% de los hospitales públicos y el 70% de los privados tienen en plantilla a cirujanos plásticos, lo que hace que muchas de sus intervenciones sean realizadas por otros médicos menos cualificados o que incluso, no están capacitados para realizar este tipo de prácticas.
Soy cirujana plástica pero jamás se me ocurriría operar prótesis de rodilla o hacer un transplante de corazón. ¿Vosotros iríais a un traumatólogo para que llevase a cabo un transplante de hígado? Todos conocemos la respuesta.
Por su parte, en la sanidad privada, unos 10.000 médicos practican la cirugía estética pero sólo 1.200 tienen el título de cirujano plástico estético, una titulación oficial y homologada en la especialidad de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora que requiere una residencia de cinco años.
Desamparados por la ley
Podemos hablar de dos tipos de intrusismo en la cirugía estética. El primero, es el de otros médicos que, sin la especialidad de cirujano plástico, operan este tipo de intervenciones. Aunque no están capacitados para ello, poseen el título de medicina y por lo tanto no es ilegal.
Aunque la Real Academia Española (RAE) define intrusismo como el “ejercicio de actividades profesionales por persona no autorizada para ello” y añade que “puede constituir delito”, desgraciadamente aún no existe ninguna ley que nos ampare. Desde hace tiempo, los expertos están reclamando una ley similar aprobada en otros países europeos, como por ejemplo Bélgica. En España somos aproximadamente 1.200 especialistas que se han formado para obtener esta titulación oficial y homologada. Sin embargo, existen otros 9.000 médicos realizando estas intervenciones sin tener esta titulación específica.
Algunas de la intervenciones de cirugía plástica que más se realizan sin contar con la titulación adecuada son mamoplásticas de aumento, abdominoplastia, liposucción y blefaroplastia (cirugía de los párpados). Estoy de acuerdo con la afirmación del secretario general de la SECPRE, César Casado, que realizar “un curso o un master de unos días no puede capacitar al médico para ejercer este tipo de cirugía poniendo así en riesgo a los pacientes, por lo que se deberían tomar otro tipo de medidas hasta que se valore una posible ley”. Ahora bien, a pesar de que los principales afectados por este intrusismo son los pacientes, los profesionales que lo hacen no pueden ser denunciados ya que es «legal». Y es que, las personas que obtuvieron la licenciatura antes del año 1996 son licenciados en Médica y en Cirugía por lo que «legalmente están capacitados».
Si hasta ahora he hablado de licenciados en medicina que no tienen el título y ejercen como cirujanos sin ser especialistas luego también están los centros cuyos “profesionales” no son ni médicos. Éste es el segundo tipo de intrusismo. La medicina estética no es algo banal y trivial donde que se puede ejercer desde una peluquería o algunos que otros centros de esteticienes. Y si no, que se lo digan a la exconcursante del programa “Supervivientes” Tatiana Delgado que, a pesar de que los médicos le desaconsejaron ponerse una prótesis en los glúteos ella no quiso escuchar. Así que fue a un centro de estética y se dejó inyectar una sustancia que le produjo una gran infección.
A mediados de este mes la Audiencia Provincial de Málaga confirmó la condena de un año y siete meses de cárcel a un cirujano plástico (es decir, a una persona que se hacía pasar por cirujano plástico) que operaba con títulos falsos por intrusismo y lesiones.
No quiero que penséis que esto se trata de una lucha de poder y ego sobre quién es mejor médico y quién no. El fondo de la cuestión es la salud de los pacientes. De vuestra salud y vuestra calidad de vida. Para sentiros bien tenéis que tener los mejores instrumentos y garantías. Los cirujanos plásticos somos los que nos hemos preparado para llevar a cabo esta tarea. Simplemente, cualquier médico no puede hacer de todo. Y mucho menos, un impostor.