Hoy es el Día Mundial contra el Cáncer de Mama y lo primero que me gustaría hacer es expresar mi admiración y solidaridad a todas las mujeres que sufren esta enfermedad.
Durante la última década se ha avanzado mucho tanto en el diagnóstico como en los métodos de prevención, el tratamiento local y el tratamiento sistémico. Si bien es cierto que aún queda mucho camino por recorrer, también lo es que somos muchos los que luchamos cada día desde diferentes ámbitos contra esta enfermedad.
El pasado mes de abril se celebró en Valencia la XII Carrera de la Mujer y por ese motivo escribí, Valencia, marea rosa donde os explicaba, a modo de resumen, el proceso que se lleva a cabo para hacer una reconstrucción mamaria. Para decidir la técnica que utilizamos para reconstruir una mama hay que considerar muchos factores. Los más importantes a mi juicio son la edad; la forma y el tamaño de la mama previa; la constitución corporal de la paciente y si se ha sometido o se someterá a radioterapia.
Una vez hechas todas las consideraciones, disponemos de tres técnicas básicas para reconstruir una mama después de una mastectomía:
• Técnica de expansor – prótesis: Inicialmente, colocamos un expansor para estirar la piel Y conseguir que ceda (similar a lo que ocurre con la barriga durante un embarazo). Una vez tenemos la piel expandida, el expansor ha de cambiarse por una prótesis definitiva, así que, como mínimo, se necesitan dos cirugías para reconstruir la mama. Estas cirugías son las más sencillas en reconstrucción mamaria y además conllevan una rápida recuperación. En caso de haber llevado radioterapia se desaconseja esta técnica.
• Técnica de dorsal ancho y prótesis: Si se decide llevar a cabo esta técnica, lo que vamos a hacer es aportar piel y tejido sano de la espalda para dar una buena cobertura y caída a la mama. Utilizaremos también una prótesis para que nos ayude a conseguir el volumen deseado. Se requiere más horas de quirófano que la técnica anterior pero nos permite reconstruir la mama de pacientes con radioterapia ya que, al aportar tejido de la espalda, éste no está quemado y nos ayudará a conseguir la forma deseada.
• Técnica de colgajo DIEP: Con esta técnica creamos una mama a partir del tejido de la barriga, normalmente con el michelín del abdomen inferior. De este modo, se consigue un pecho de apariencia más natural y simétrico a la mama sana ya que no se requiere implante. Esta técnica es más compleja y no la realizan en todos los centros hospitalarios. Se trata de microcirugía, ya que tenemos que transplantar el colgajo de la barriga con su arteria y su vena a la zona de la mama y empalmar estos vasos para que el colgajo esté irrigado y sobreviva. Las horas en quirófano son superiores a las técnicas anteriores.
Normalmente, una paciente a la que se le reconstruye la mama se somete a varias cirugías… No solamente queremos darle forma a la mama que estuvo enferma sino que queremos que las dos senos se parezcan. Por eso, muchas veces operamos también la mama sana para simetrizarlas (podemos reducirla o aumentarla con una prótesis o incluso levantarla con una mastopexia).
La última fase es la reconstrucción del pezón. Es como la guinda del pastel. Hasta que no hay pezón, una mama no parece una mama (es lo mimo que un abdomen sin ombligo). Después, se le recomienda a la paciente que se tatúe la areola. Este proceso es el único que no cubre la seguridad social y se lo ha de costear la paciente. Pero merece la pena para poder ver finalizado un trabajo que ha llevado tanto esfuerzo.