Con la menopausia la mujer experimenta cambios en su cuerpo y también en sus genitales. Estos cambios conllevan la sequedad y atrofia de la zona vulvo-genital.
Esto ocurre debido a un cambio en las hormonas de la mujer durante la menopausia que conllevan una pérdida de estrógenos. Así pues, después de la menopausia la zona genital pierde volumen (es lo que conocemos como atrofia) e hidratación, lo que provoca con frecuencia una irritación crónica de la zona genital y una mayor probabilidad de infecciones. En algunos casos podemos encontrar dispareunia (dolor al coito) o vulvodinia (dolor crónico en la zona genital) secundarios a estos cambios.
Los síntomas genitales secundarios a la menopausia muchas veces mejoran con lubricantes y tratamientos pautados por el ginecólogo.
¿Cómo puede ayudar un cirujano plástico a una mujer después de la menopausia?
Vamos por partes…
En ocasiones, la atrofia de la vagina y del vestíbulo y la sequedad vaginal causan molestias durante las relaciones sexuales e incluso infecciones de repetición que no mejoran con los tratamientos conservadores pautados por el ginecólogo. Al inyectar depósitos de ácido hialurónico o grasa en la zona de la vagina y en el introito (la entrada de la vagina), conseguimos un almohadillado de la zona que mejorará la calidad de las relaciones sexuales, además de mejorar lubricación disminuyendo la sensación de sequedad y ardor con el roce. Así pues, con este método mejoramos tanto la sensación de sequedad, como el placer en las relaciones sexuales.
Los síntomas de la menopausia también incluyen un envejecimiento de los genitales externos por una atrofia de los labios mayores. Los labios mayores, además de su importancia estética, tienen una función de absorción de impactos y mantienen la vagina cerrada para prevenir infecciones y conservar su humedad. Por eso, con su atrofia en la menopausia queda el introito (la entrada de la vagina) expuesto, favoreciendo la sequedad de la vagina. Cuando rellenamos los labios mayores conseguimos un rejuvenecimiento estético de la zona, mejoramos el almohadillado de los genitales y protegemos la entrada de la vagina.
Con estos tratamientos también mejora la clínica en casos de dispareunia y vulvodinia. Asimismo, hay casos en que después de la menopausia empiezan a doler cicatrices de episiotomías antiguas; es decir, cicatrices del parto que previamente no habían dado problemas y que con la atrofia de la mucosa debido a la menopausia comienzan a molestar. Pues bien, estas cicatrices también mejorarán con las infiltraciones.
En resumen, podemos conseguir la mejoría de todos estos síntomas anteriormente descritos rellenando y almohadillando la zona con ácido hialurónico o con lipofilling (relleno con grasa de la paciente después de una pequeña liposucción).
Los rellenos con ácido hialurónico los realizamos en la consulta con un poco de anestesia local y sus efectos duran un año aproximadamente. En caso de realizar el relleno con grasa, el procedimiento se realiza en quirófano, por lo que resulta algo más caro; su resultado es más duradero a largo plazo. Con el lipofilling, además, al inyectar más volumen podemos conseguir un estrechamiento de la vagina, lo cual mejora la satisfacción en las relaciones sexuales, ya que muchas mujeres han tenido partos vaginales previamente con el secundario ensanchamiento de la vagina.
El ácido hialurónico y la grasa tienen poderes antiinflamatorios y de relleno/almohadillado que hacen que mejoren los síntomas genitales secundarios a la menopausia. A su vez, la grasa posee unas propiedades regenerativas que consiguen mejorar los tejidos donde se infiltra.
Concluyendo, la menopausia puede conllevar múltiples síntomas como sequedad, irritación, dolores durante las relaciones sexuales, pérdida de volumen en la zona genital… Sin embargo, con estos tratamientos podemos solucionar de manera significativa estas molestias y disfrutar de la madurez sin preocupaciones.
