Hay mujeres (y también hombres) que tienen la cara redondita y por más que adelgacen, el rostro no cambia debido a su fisonomía. La mayoría de veces este “rostro de luna llena” se relaciona con las bolas de Bichat, es decir, se debe a un acúmulo de grasa en las mejillas que hace que la cara se vea más redonda y rechoncha.
Este aspecto es fácilmente corregible con una pequeña intervención y como resultado mejora el contorno facial dando una sensación visual de una cara más angulada, es decir, alargada y triangular.
Esta cirugía se recomienda en edades entre los 16 años (cuando la cara ya ha dejado de crecer) y los 40 (a partir de esta edad el rostro tiende a adelgazar por si solo). Se trata de un procedimiento sencillo y es ambulatorio, no hace falta ingresar en el hospital. La intervención, que dura aproximadamente media hora, se realiza con anestesia local o sedación y consiste en extirpar casi el 60% de las bolas de Bichat desde dentro de la boca, haciendo una mínima incisión en la mucosa. Con este procedimiento conseguimos afinar el rostro en la zona media de la cara.
Después de la operación, las mejillas se edematizan (hinchan) durante unos días, pero no es una cirugía dolorosa y raras veces salen hematomas. Las recomendaciones durante el postoperatorio son sencillas. Por ejemplo, los enjuagues bucales con antisépticos para evitar la infección de la herida son muy aconsejables.
El resultado definitivo se aprecia a partir del tercer mes cuando la hinchazón de la zona de las mejillas ha desaparecido por completo. Así pues, con esta técnica tan sencilla se puede conseguir un rostro más afinado y delgado. Por eso, la corrección de las bolas de Bichat ha empezado a ponerse de moda puesto que sus resultados son óptimos.