Mi barriga ya no es lo que era después del embarazo

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La semana pasada fui a tomar un café con una amiga que hace cuatro meses fue madre por segunda vez. Hablamos de todo un poco y en un momento de la conversación me explicó entre risas y lágrimas que aquella mañana había salido sola a hacer unos recados y que en una tienda que solía frecuentar le habían dado la enhorabuena -por error- por estar embarazada. De nuevo. Casi sale corriendo aunque tuvo la paciencia de explicar que era una madre orgullosa de dos retoños y que por el momento ella y su marido no se estaban planteando tener más. “Aunque las apariencias engañen”, añadió como coletilla.

Es normal que tras los embarazos la barriga tarde en volver a su sitio, no hay que preocuparse. Poco a poco con ejercicio y una dieta sana y saludable la mayoría de las mujeres recuperan la figura que tenían antes de los embarazos. Sin embargo, hay casos en los que el abdomen queda con secuelas importantes, es decir, la barriga queda prominente y flácida, como si estuviera embarazada de nuevo de unos pocos meses.

Eso se debe a que durante el embarazo se produce una distensión importante tanto de la piel como de los músculos que hay debajo. A veces, después del parto estas estructuras no vuelven al sitio, es decir, no se retraen como deberían y dejan un abdomen flácido y globuloso. Aunque puede pasar en cualquier mujer embarazada, es mas frecuente cuando la distensión es mayor de lo habitual, por ejemplo, en embarazos gemelares o cuando la mujer embarazada es un chica de estructura pequeña (bajita y delgada).

Con la edad, y si además vamos añadiendo embarazos, obviamente el cuerpo cambia. Es un hecho que la mayoría de mujeres lo tenemos asumido según vamos cumpliendo años pero una cosa es el envejecimiento normal y otra cosa es cómo se sienten algunas pacientes con un abdomen distendido y una barriga fofa, es decir, con un cuerpo que no reconocen debido a esta deformidad.

La abdominoplastia, una cirugía para conseguir el abdomen plano

Esta secuela tiene fácil arreglo ya que con una intervención quirúrgica puede resolverse el problema y se puede volver a lucir un cuerpo similar al de antes, con la barriga “planchada” de nuevo. Si bien existen algunos tratamientos estéticos que pueden ayudar a que la barriga recupere algo de forma y se tonifique más fácilmente, si la secuela es importante solamente se corregirá con cirugía. Ocurre lo mismo con el ejercicio; el deporte es bueno y los abdominales tonificarán la pared abdominal pero si está dañada, los músculos no volverán al sitio sólo con ejercicios.

La cirugía se llama abdominoplastia y lleva asociada la reparación de los músculos de la pared abdominal. En ella plicamos (suturamos) la musculatura para tensarla de nuevo y se quita la piel sobrante de la barriga, para así conseguir un abdomen plano y tenso de nuevo.

Se realiza con anestesia general y por norma suele asociar una noche de ingreso hospitalario. Será necesaria una baja y cuidados durante unos días. Además, es imprescindible evitar esfuerzos físicos que aumenten la presión abdominal después de la intervención. Por eso, antes de pasar por quirófano, es importante preparar una organización familiar porque no vais a poder coger a vuestros bebés en brazos durante las primeras semanas. Durante un mes se aconseja llevar una faja compresiva día y noche.

Después de un par de meses de la cirugía se aconsejan abdominales hipopresivos para mantener el tono muscular.

El resultado es definitivo en el tiempo, es decir, aunque envejezcamos mantendremos nuestra figura corporal porque con la cirugía habremos conseguido reparar la musculatura y quitar la piel sobrante de forma definitiva.

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